Cuando nos quedamos solos/solas…

La finalización de una relación amorosa, sea porque la otra persona muere o sea porque la pareja no sigue junta, muchas veces es dolorosa.

Nuestra recomendación, para todos los casos, es que se le dedique tiempo a revisar la relación que acaba de cambiar y se completen las comunicaciones emocionales inconclusas.

Para qué? Para seguir adelante, ligeros de equipaje, sin cargar con las emociones no resueltas que se van acumulando y van obstaculizando las relaciones actuales y futuras.

En In-vitta, una de las herramientas que utilizamos está basada en el libro “Seguir Adelante” del Grief Recovery Method con muy buenos resultados. Quienes han hecho el proceso expresan su asombro al descubrirse autores/autoras de sus propias historias y cómo esta conciencia les ayuda a tomar acciones distintas en pro de sus vidas, sus actuales y futuras relaciones afectivas y/o amorosas.

Compartimos el testimonio de una participante comprometida con su recuperación: “Recuerdo que llegué a ustedes por recomendación de mi cuñada, la cual también pasaba por una crisis, muy diferente a la mía, pero igual, crisis.

Como todos, llegué angustiada, confundida, sin rumbo, destrozada, con una nube gris sobre mi cabeza, que me perseguía para todo lado. Pero gracias al trabajo, al reconocer que yo era lo importante, sentir que lo que sentía era normal y que debía aceptar de una forma muy sana lo que me pasaba, de reconocer que yo era el punto de trabajo, porque uno llega con la ilusión de que le den la fórmula mágica para solucionar el dolor, pero entendí que de mi dependía como me quería sentir, reconocí que de mí depende como me quiero sentir, que yo soy responsable de mis emociones y no los demás. Esto ha sido la nube blanca que ahora se posa sobre mi cabeza y permito que me acompañe a todo lado. Entender mi pasado y cerrar esas etapas, escribir de ello y aun ahora seguir escribiendo las posdatas y cartas, me ayuda. A veces creo caer nuevamente en viejos hábitos pero me pellizco ‘en sentido figurado’ y respiro, me concentro en mí y me ubico nuevamente, miro mis sentimientos, me entiendo, repaso lo que yo busco para mí y sobre todo escucho esa voz mágica de mi intuición, que sabía que la tenía, pero no le había dado tanto valor como ahora.
Algo muy valioso para mí, es que ahora se diferenciar qué dice mi cabeza y qué dice mi intuición. Claro que todo esto no es fácil. Todo esto se logra poco a poco, como en atletismo. Con trabajo, disciplina, practicando y mejorando cada día la técnica a medida que las situaciones nos atropellan.
Gracias, gracias, muchas gracias por ayudar a que me encontrara con ese ser maravilloso que soy y que ahora puedo compartirme con mis hijos y con quien ahora siento es un ser humano lleno de virtudes y defectos y a quien permito caminar conmigo”. E. B. D.

Si has pasado o estás pasando por una situación así, anímate y saca tiempo para aprender estas acciones sencillas y eficaces que te ayudarán a gestionar el dolor, a conocerte más y a acompañarte de tu intuición y a sentir la libertad de elección en tu mundo relacional.

Luz María Tavera Zafra. Especialista certificada 
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